5 de enero de 2012

Zapatos


Cuando era niña, el día de reyes ponía los zapatos en la puerta de casa para que me los llenaran de caramelos... o carbón. Recuerdo la ilusión de la espera y el olor a nuevo de los regalos.

2 comentarios:

Israel dijo...

Con los primeros años de vida todo es emocionante, reímos a carcajadas hasta quedarnos sin aire y lloramos con facilidad, más tarde, con la edad, y el aliento de la realidad sobre la nuca, casi todo huele a plástico, piel y naftalina.

Un saludo!

francesca dijo...

Los olores nos anclán a recuerdos.Llegan de repente sin que la voluntad intervenga, directo al cerebro como una explosión que te inunda de sensaciones que escapan tan volatiles como han llegado...
Saludos y feliz recien estrenado año