
tiempo de espera...
Nada más... un poco de sol, un poco de brisa, unos árboles que enmarcan a la distancia, el deseo de ser feliz , el disgusto de que los días pasen, la ciencia siempre insegura y la verdad por descubrir... nada más, nada más... Si, nada más...
El silencio de los gatos me acompaña y reconforta. Cuando siento que todo me falla, noto su presencia, su quietud y su mirada donde cabe todo lo que imagino...
En mi siempre ha sido menor la intensidad de las sensaciones que la intensidad de la conciencia de ellas. He sufrido siempre más con la conciencia de estar sufriendo que con el sufrimiento de que tenía conciencia.