Éxtasis de sinestesias para mr Hyde, montañas enteras sin cortar, canteras de nieve y cal para una muerte fría y luminosa, donde el reflejo del tiempo nos recuerda a los relojes de Dalí, y las siluetas vibran mudas pidiéndole a Munch, un último grito en el vacío.
Si Van Gogh hubiese visto estas imágenes, seguiría loco indudablemente, pero no se hubiera cortado la oreja, sino la nariz.
3 comentarios:
Montañas de sal para doradas y lubinas gigantes, la comida para el obelisco del batisterio.
Éxtasis de sinestesias para mr Hyde, montañas enteras sin cortar, canteras de nieve y cal para una muerte fría y luminosa, donde el reflejo del tiempo nos recuerda a los relojes de Dalí, y las siluetas vibran mudas pidiéndole a Munch, un último grito en el vacío.
Si Van Gogh hubiese visto estas imágenes, seguiría loco indudablemente, pero no se hubiera cortado la oreja, sino la nariz.
Un saludo!
Sin palabras me dejas...
Viendo música, oliendo y escuchando colores.
Otro saludo para ti
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