Me gustan los lugares abandonados donde la naturaleza lucha por recuperar su espacio...
Donde todo crece sin orden, y el paso del tiempo se palpa pegado a las piedras como un testigo silencioso... Aquí, todos los años por marzo florecen las fresias sin que nadie las plante, como un regalo.
La ultima película de Herzog me deja sin palabras, creo que las imágenes hablan por si solas. Asisto al espectaculo con asombro y admiración observando en silencio el testimonio guardado de forma fortuita durante miles de años por la naturaleza.